no puedo comer. me acostumbré a vivir sin la comida. probablemente no me crean, ya que creo que fue anteayer cuando dije que estaba comeindo como un cerdo. mi vida es así, ayuno cinco días y de la nada me atraco. vuelvo a los cinco días y es un maldito y cínico círculo mucho-muy-vicioso. me destruye, pero los granos de arroz ruegan quedarse en el plato o tomar el camino directo a la servilleta. el agua, en cambio, me llama. me dice que me va a ayudar a vomitar, limpiándome de todo lo que me impurifica. estoy dispuesta a hacer sacrificios. estoy dispuesta a morir de hambre. quiero ser una perra y no dar lástima. quiero que vean cuánto sufro. miserables, algún día lo verán.
y, por sobre todo, QUIERO VOLVER A PESAR 49 KILOS.
