martes, 28 de diciembre de 2010

Algo que escribí hace hará dos días, una hora y un par de minutos (?)

No, no intentes disculparte
no juegues a insistir
las excusas ya existían antes de ti

No, no me mires como antes
no hables en plural
la retórica es tu arma más letal

Voy a pedirte que no vuelvas más
siento que me dueles todavía aquí
adentro

Y que a tu edad sepas bien lo que es
romperle el corazón a alguien así...


Sí, así que esa es la historia. Una idiota chica deja de estar con su inteligente novio. Pero su inteligente (ex)novio y la idiota chica siguen viendose, en una relación aún más intensa y fuerte que cuando estaban juntos. O por lo menos eso creía la idiota chica. El inteligente (ex)novio, para no destruir el autoestima de la idiota chica, le dice que no le interesa cojer con nadie más. La idiota -idiota, pobre, ilusa- chica cree que tal vez, aunque parezca imposible, ella es suficiente para él. Tal vez, si se esfuerza, él se va a quedar con ella al final, como en esas películas románticas que pasa telefe un domingo a la tarde. A todo esto, la idiota -idiota, pobre, ilusa, horrible, asquerosa- chica se entera de que efectivamente, a pesar de lo que su inteligente (ex)novio le dijo, fue y se cojió a otra persona. Ah no, pero eso no es todo! El inteligente (ex)novio no quiere volver con la chica porque quiere seguir haciendolo. Estar con otras personas. Pero bueno, la idiota chica se va a un centro de rehabilitación para desórdenes alimenticios, así que digamos que no necesita más problemas de los que ya tiene. Qué va a hacer la idiota chica? Solo dios sabe, claramente ella aún no lo descubrió...

Ahora, yo pregunto, para qué mentirme? Para qué hacerme creer que era la única? Que era suficiente? Que alguien tan asquerosa como yo podía merecer a alguien como él? Yo sabía que era imposible, pero no era necesario hacermelo notar de esta manera... No sé qué hacer. No entiendo. No entiendo la necesidad.

Miento, en realidad ya sé qué voy a hacer. Voy a dejar de verlo. Por mi bien. Porque ya no lo puedo mirar a la cara. Porque me siento usada, porque me siento idiota. Y ya me sentí así demasiadas veces.